jueves, 4 de octubre de 2012

Conversaciones en la Niebla



La niebla era demasiado densa como para poder ver más allá de dos metros. A lo largo del camino, a pesar que lo conocía bien (son casi veinte años de vivir por acá) aún me daba escalofríos caminar en noches como ésta. El silencio me envolvía; no escuchaba siquiera el aleteo de las aves nocturnas o el cantar de los grillos.

Está todo muy tranquilo…

Los secretos del subconsciente germinan cuando el camino está libre y la mente sucumbe ante el silencio del ambiente, mientras relata los misterios jamás revelados del universo. Sólo hay que escuchar. Escuchar atentamente al idioma que habla e intentar descifrarlo. Es en la noche en que nuestra verdadera forma se quita el traje de humano, para confrontarnos a nosotros mismos.
La niebla estaba cediendo. Una silueta llamaba mi nombre mientras se acercaba. La piel se me erizaba, noté que los latidos de mi corazón aceleraban en ritmo y mi respiración era agitada. Me sentí un poco mareado.

Cierra tus ojos…

Fue sólo un reflejo, ni siquiera pensé para qué querría que cerrara los ojos. Sin embargo, cuando lo hice, sentí cómo mi cabeza se llenaba de una comodidad absoluta; mi corazón regresó a su ritmo normal, mi respiración fue constante de nuevo, hasta podía sentir un poco de calor que me abrazaba. Una voz dulce, pero segura de lo que decía, me arrullaba con sus palabras:

Hacía tiempo que no te veía… ¿Dónde has estado todo este tiempo?

Escuchar… Escuchar lo que tenga que decir. Al fin y al cabo, no se puede ignorar el hecho que alguien te esté hablando de esa manera
.
Yo… He estado ocupado. ¿Quién eres?

No importa quién soy. Lo importante es quién sos vos ahora…

Escuchar.

La mudanza entre facetas mentales y/o emocionales debe ser lenta. Lo que marcó épocas anteriores debe quedarse allí. No hay por qué utilizarlas ahora. Hay que ver el material disponible hoy, y trabajar en base a eso. Tenés mucho que hacer y aunque tenés toda una vida de tiempo, mientras mas rápido terminés, será mejor. Hay quienes esperan ver tu trabajo terminado. Hay quienes ansían ver un nuevo sol en tus ojos. También existen aquellos que destruirán cada cosa que llevés construido.
Lo que marco épocas anteriores, debe quedarse allí. 


Dicho esto, abrí los ojos.

La niebla cesó, y los grillos volvieron a cantar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario