Allí no había cosa alguna. Mi vista, a donde quiera que la llevaba, miraba nada; no puedo decir si estaba flotando o caminaba sobre algo, sobre nada. Un camino que no existía hacia ningún lugar, porque no había nada; y la angustia en mi cabeza clamaba por encontrar la salida, pero no sabía donde estaba, porque no sabía siquiera cómo había llegado hasta allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario